Sobre la fragilidad

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Han quedado grabadas las palabras del homenaje a la mujer: fuerza, ternura y amor. Palabras preciosas, sí, pero que también pueden llevarnos a una permanente exigencia, un siempre “estar a la altura”, a no mostrarnos necesitadas, a llegar siempre a todo.

Creo que podemos hacer un homenaje a la fragilidad.

Dice Josep Mª Esquirol que darse es servir a los otros de alimento, de compañía, de cobijo. Pero sólo podemos ofrecer, ofrecernos si antes hemos conocido nuestra necesidad, que no somos solo fortaleza, que también podemos mostrarnos frágiles, permitirnos el cansancio, no llegar a todo.

Seremos mano tendida si antes nuestras manos han acogido el abrazo, la caricia, la ternura de otro, del Otro. Solo desde la experiencia personal del Amor, podremos dar acogida. Sólo desde habernos permitido ser acunadas, abrazadas, seremos capaces de dar cobijo a quien lo necesite.

Son numerosas las mujeres en la Biblia. María da a luz a Dios. Le ve crecer, jugar y morir. Después ella y otras mujeres le resucitan con los gestos simples del amor que es pasión. Los mismos gestos desde el comienzo del mundo, con un amor que no es sólo instinto, sino cercanía minuto a minuto. Están allí, al principio y al final.

Seremos hogar para los demás, templaremos el corazón, cuidaremos el cuerpo y el alma de los que nos rodean, seremos bálsamo para sus heridas si antes hemos experimentado la vulnerabilidad, si reconocemos el cansancio, la necesidad de hogar, de amparo, de abrazo y nos hemos permitido recibirlo.  

Fuertes, sí, y también frágiles, generosas y también necesitadas¿por qué no?

Con estas palabras queremos desearos una Feliz Semana Santa y una entrada dichosa en la Pascua de Resurrección. A la vuelta volveremos con más artículos.  

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3 comentarios

    1. Estas reflexiones nos ayuda a ser conscientes y mantenernos en pie para poder caminar y mirar hacia adelante con alegría bu

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