Carta de un mayor a quien le pueda interesar

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Cuando un amigo me pidió para su libro unas notas sobre los Mayores Activos, me fue fácil la elección del tema. Y para ser prácticas o útiles mis reflexiones, nada mejor que acudir a una experiencia personal como cuidador que he sido durante mucho tiempo con enfermos de Parkinson y Alzheimer. Desde la adolescencia con mi abuela, hasta mi mujer y Padres de los Sagrados Corazones en el Escorial, donde en treinta años, en los meses de julio y agosto, he intentado ayudarles. Sobre todo, para que los enfermos no perdieran el habla, ni la escritura.

Y ahora, a quienes me lean, vivan en sus casas o residencias, les diré que les está escribiendo un buen amigo, hermano en el Señor. Mi ángel, María, que sufrió el Parkinson, realizó los ejercicios que enumero a continuación. Todos los días. Y según los médicos que la trataron, en especial el doctor Alberto Portera, mucho le ayudaron a mantener una buena calidad de vida durante dieciocho años. A usted, amigo lector, gracias a Dios, a los médicos, fisioterapeutas y enfermeras, que con amor le podrán cuidar, si necesario fuera, también, tal vez, le podrán servir. Y a familiares y amigos, a todos por igual. Ese es mi ferviente deseo desde el corazón. ¡Duc in altum!

Ejercicios y consejos para cuidar su salud

1. Media hora de lectura

En cada jornada, media hora de lectura, en voz alta; leer un periódico, seleccionar una buena noticia y comentarla por escrito (unas 15 0 20 líneas, como mínimo). Y si alguna letra sale mal, repetirla las veces que sea necesario. Nunca en el breve plazo de un día madura el fruto ni la espiga grana.

2. En la cama, un poco de ejercicio

Antes de levantarse, sentando en la cama, realizar unos breves ejercicios. Respiración profunda, con los brazos extendidos, arriba y abajo. Con movimientos rítmicos. Y de ser muy mayor entrar al cuarto de baño, con ducha a ras de suelo y en compañía siempre. Fuera alfombras de la casa (es muy importante).

3. Salir a caminar

No confiarse nunca al caminar. Ir también acompañado. Hay que evitar las caídas. Pasear pensando, o bien, rezando. Que la mente y el cuerpo sean como hermanos. «Pasear es el rey de los deportes» (Proverbio chino). «Y es una buena y reconfortante medicina», según Pere Fagarola. Carta de este médico valenciano, escrita en 1315 a sus hijos, estudiando en la Universidad Montpellier, y que se conserva en el British Museum de Londres. Les recomienda varias cosas para mantener la salud. Y, entre ellas, correr y pasear, subir y bajar escaleras. 

4. Socializar y beber agua

Participar en tertulias con amigos y familiares, y con el personal auxiliar que acompañan y cuidan, ángeles de bata blanca. Pedirles ayuda siempre. Beber más de un litro de agua al día. Y no protestar por la enfermedad. Poner siempre buena cara. Estar alegres. Improvisar hablando del sol y la luna, de la bondad y la paz, el amor y la familia, de la lluvia y la nieve, del frío y el calor… como ejemplos. En voz alta y vocalizando bien toda palabra. Y cada veinticinco minutos tomar un vaso de agua.

5. Siempre hay algo que se puede hacer para estar activo

En los días bajos, no desesperar jamás: Salir de la habitación. Pasear, rezar, conversar, escuchar música o bien ver la televisión, recordar a familiares, amigos, lugares que le marcaron, en la infancia con algún álbum de fotos. Y, sobre todo, leer: “He buscado el sosiego en todas partes, y sólo lo he encontrado sentado en un rincón apartado, con un libro en las manos” (Thomas de Kempis).

6. Está bien pedir ayuda

Es importante no avergonzarse en días que no estemos en forma. Decirlo y pedir ayuda. Ya lo afirmaba Cervantes: «Los males comunicados, si no alcanzan sanidad, alcanzan alivio». Y en los días de mucho viento, que no se puede salir a la calle o al jardín, bajar en el ascensor y subir hasta el segundo piso por la escalera, con protección personal, es una buena gimnasia. Y en la cinta mecánica, igual.

7. Aunque aún no lo sepas, tú también tienes superpoderes

Cada día nos tenemos que sentir Superman, pues no sabemos bien todo lo que podemos hacer en la vida hasta que no lo intentamos. Con mucho esfuerzo, pero al final quienes quieren luchar pueden con todo, hasta con la enfermedad. Lo decía el Dr. Marañón: “No hay enfermedades, sino enfermos”. Y cuando se lucha, siempre la persona está viva. Y todos, además de la inteligencia, hemos recibido el talento de la voluntad. Que tiene que ser de hierro, si la sabemos ejercitar. Con constancia. El genio es la paciencia, sólo triunfan los perseverantes.

8.Vivir es mucho más que existir

Y recordemos también lo que este médico decía, hasta poéticamente, que la poesía es la sal de la vida: «Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir, y no dormir sin soñar. Descansar… es comenzar a morir».

9. Todo lo que pasa en tu vida ofrécelo a Dios

Pero, lo más importante, lo fundamental, es no tener nunca vergüenza de la enfermedad, ni tampoco de los días malos, que algunos habrá. Tenemos que ofrecérselo todo a Dios. Y si me leyera un cuidador, que recuerde lo que dijo Benedicto XVI: “En el rostro del enfermo está el rostro del Señor”. Y el Papa Francisco, muy expresivamente, lo reiteró: “Los enfermos son carne de Cristo, y el tiempo que les dediquemos es tiempo santo”. Y comunicar experiencias, que “los cuidadores son la gran familia de la Humanidad” (Juan Pablo II, Santo).

¡Abrazos!

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8 comentarios

  1. Una vez más agradecer los comunicados que puntualmente nos envían y decirle
    que lo he leído y haré partícipe de los mismos a mis hermanas. Los sabios
    consejos no deben ser olvidados. Nuevamente gracias.

  2. Gracias por cada mensaje que nos hacen llegar. Para mí son VIDA y ALEGRÍA en
    este tiempo de «cierta dosis de no sé qué». ¡Adelante! Merece la pena el
    esfuerzo que están haciendo.

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