Salgamos de nuestra zona de confort para decir sí al plan de Dios.
Una amiga religiosa llamada Macu, me regaló hace dos meses una serie de “cuentos-oración” que me encantaron. Uno de ellos dice así:
“¿A ti que te toca hacer?”Esta es la historia de cuatro personas que se llamaban Todo el Mundo, Alguien, Cualquiera y Nadie. Había un trabajo importante que hacer. Todo el Mundo estaba seguro de que Alguien lo haría. Cualquiera pudo haberlo hecho, pero Nadie lo hizo. Alguien se enojó porque era un trabajo para Todo el Mundo. Todo el Mundo pensó que Cualquiera lo podía hacer, pero Nadie se dio cuenta de que no se haría. Resultó que Todo el Mundo culpó a Alguien pero en realidad no se acusó a Nadie.
Dios necesita:
– más personas que mejoren el mundo y menos que lo condenen;
– más trabajadores y menos habladores;
– más personas que digan: tal cosa es posible, y menos que digan: esto es imposible;
– más inspiradores de confianza, y menos desalentadores;
– más gente que haga algo, y menos gente que busque faltas en los demás;
– más gente que subraye lo bueno, y menos gente que grite lo malo;
– más gente que encienda velas y menos gente que las apague.
¿Qué nos sugiere este cuento?
Como sabéis, el Papa Francisco nos invita a que la Iglesia salga a la calle. “No balconeen la vida”, nos aconsejó en la JMJ de 2013. No nos echemos pues las culpas por lo que no es cómo nos gustaría o por lo que no es cómo pensamos que nos merecemos que sea. Dejemos nuestro “acomodamiento vital”. Elijamos ser fieles a las enseñanzas de Jesucristo, sean cuales sean nuestras circunstancias en nuestra vida, en nuestra misión y en nuestra realidad.
En este sentido me ha parecido muy sugerente una iniciativa “Hagan Lío” que la Fundación Infinito +1 ha puesto en marcha: una serie de documentales muy inspiradores que nos invitan a ser protagonistas de nuestra propia vida; a salir de nuestra zona de confort; a decir sí al plan de Dios. «Hagan Lío» muestra el bien inmenso que hace la Iglesia en todos los ámbitos y continentes: aventureros que rescatan a niños de la droga y la prostitución; familias que alimentan a millones de personas en todo el mundo; artistas que muestran la belleza del Evangelio; religiosas que desafían la violencia para ofrecer educación y cuidados a los más necesitados…
¿Y a mí, qué me toca?
Hacer lío no es tarea fácil, lo sabemos. Pero también sabemos que todos tenemos una misión.
Puede que mi misión esté mucho más enfocada a la pastoral hacia dentro, hacia el cuidado y la convivencia con mis propios hermanos o hermanas. En ese caso, entre otras cosas, nos toca mejorar el mundo mejorando nuestras relaciones con Dios, conmigo mismo/a y con los/as demás. Nos toca, además de cuidarnos, encender velas, hacer creíble la esperanza ahondando en la belleza del prójimo; compartiendo nuestros talentos y dones; subrayando lo bueno y buscando la mejor forma de gestionar las oportunidades disfrazadas de dificultades. Nos toca hacer lío en nuestras casas, siempre de la mano del Espíritu Santo, ayunando de quejas y críticas; buscando incansablemente puntos de encuentro a pesar de las diferencias y limitaciones; ayudándonos en nuestras necesidades y enriqueciéndonos en nuestros encuentros; perdonando o pidiendo perdón cuantas veces haga falta; escuchándonos para acompañarnos; y, sobre todo, orando. Oremos mucho por todos.
Puede que mi misión esté dentro y fuera de mi comunidad por lo que a lo anterior se suma hacer lío en mi barrio, en mi país o en medio del mundo a través de diferentes proyectos u obras apostólicas. Con apertura, con coraje y determinación buscamos construir nuevos caminos de solidaridad y justicia, de Esperanza, Fe y Caridad. Y nos va a tocar acoger personas y realidades con necesidades muy diversas; formarnos en cuestiones específicas; buscar apoyos; crecer en resiliencia para perseverar; y, sobre todo, orar. Orar mucho por todos.
Ya seamos mayores o jóvenes, con actividad apostólica fuera de mi comunidad o sin ella, importa que queramos vivir de acuerdo con el plan de Dios y que, con la ayuda de la Gracia, pongamos todos los medios de nuestra parte para convertirnos en “santos de la puerta de al lado”.
Hacemos lío en Cuaresma
Os comparto que desde el Instituto Humanitate queremos seguir aportando nuestro granito de arena y ayudaros humildemente a seguir haciendo lío. Paralelamente a las iniciativas de formación y acompañamiento que ya están en marcha, hemos querido atender una petición recurrente de formación específica en Cooperación al Desarrollo, con tres niveles de profundización y 100% a distancia, para que las personas matriculadas acomoden esta formación a sus horarios.
En el 2024 , y concretamente a partir del 1 de marzo, vamos a colgar en nuestra plataforma el curso de nivel 1 titulado “Sembrando Esperanza: Fundamentos y claves para una Cooperación efectiva». Esta formación está dirigida a misioneros o misioneras principiantes, voluntarios y colaboradores de proyectos de transformación social, ya sean de vuestras congregaciones o externos. (Saber más del Curso de Cooperación al Desarrollo)
Por último, y precisamente para orar por todos y con todos, la Fundación DeClausura, perteneciente como el Instituto a la Familia Humanitate, también está haciendo lío esta Cuaresma, invitando a orar el 7 de marzo a las 7 de tarde en más de 130 monasterios y conventos de España. (Más información aquí.)
Que este tiempo de Cuaresma nos ayude a todos a seguir haciendo lío.