Para ti, hermana, que has sabido escuchar Su voz, cuando solo se te susurraba en tu corazón de niña.
Para ti, hermana, que has decidido arriesgarte por Él, dejándolo todo y olvidándote de ti misma.
Para ti, hermana, que has superado miedos y renuncias.
Para ti, hermana, que has salido de tu tierra y no has querido mirar atrás.
Para ti, hermana, que has dado tu vida en un colegio, en una misión, en un hospital, o en una portería, o haciendo la comida para las demás, o curando las heridas de otros…
Para ti, hermana, que has quemado tus años y tu salud sin restricciones.
Para ti, hermana, que siempre tienes una sonrisa que dar, una palabra amable que compartir, una mano que tender.
Para ti, hermana, que has sabido retirarte del campo de actividad y has aprendido a ser cuidada.
Para ti hermana, que renuevas tus votos cada día y los tiñes de nuevo sentido.
Para ti, hermana, que estás postrada en una cama, o en la silla de ruedas, o que ya tienes un andador para poder desplazarte.
Para ti, hermana, que nos ves vestidos con máscaras, con una bata extraña, o con un gorro y ya no distingues quién soy.
Para ti, hermana, hoy y siempre, nuestro reconocimiento, nuestro cariño, nuestra admiración, nuestro homenaje.
No nos importa tanto tu nombre, ni tu historia, ni lo que hayas hecho o dejado de hacer, lo que nos nutre es tu cariño y tu sonrisa permanente, nos alienta tu oración, nos impulsa tus ánimos y comprensión, nos alegra tu humor y calidez humana.
Para ti, hermana, no dejes de ser lo que siempre has sido, un instrumento en manos de Dios para los demás.
Gracias por tu fuerza y constancia, gracias por facilitar las cosas, gracias por tu comprensión cuando algo falla, gracias por entendernos, gracias por tanto.
Para ti, hermana, ¡GRACIAS!
Un comentario
Muchas Gracias, por acordaros de nosotros, tanto de los religiosos como de las religiosas. Desde que os conocí, he procurado participar, en todos los encuentros que habéis programado cerca de donde me encontraba, y me lo permitía mi tiempo. Os agradezco todo lo que hacéis por nosotros, os valoro, os quiero, por la labor de entrega que realizáis, y pido por todos vosotros, para que el Señor os bendiga y ayude en vuestra maravillosa labor. Un abrazo y que no os canséis en esta preciosa labor.