La lectura del cuento del águila real de Anthony de Mello nos lleva a hacernos unas preguntas y a valorar el regalo que tanto nos enriquece e inspira.
El cuento
Un hombre encontró por el camino un huevo de águila. Se lo llevó y lo colocó en el nido de una gallina de corral. El aguilucho fue incubado y creció con la nidada de pollos. Durante toda su vida, el águila hizo lo mismo que hacían los demás, pues pensaba que era un pollo. Escarbaba en la tierra en busca de gusanos e insectos, piando y cacareando. Incluso sacudía las alas y volaba unos metros por el aire, al igual que los pollos. Después de todo, ¿no es así como vuelan los pollos?
Pasaron los años y el águila se hizo vieja. Un día divisó muy por encima de ella, en el límpido cielo, una magnífica ave que flotaba elegante y majestuosamente entre las corrientes de aire, moviendo sus poderosas alas doradas. La vieja águila miraba asombrada hacia arriba.
- ¿Qué es esto?-preguntó a una gallina que estaba junto a ella.
- Es el águila, la reina de las aves -respondió la gallina-, pero no pienses en ello. Tú y yo somos diferentes de ella.
De manera que el águila nunca más volvió a pensar en ello. Murió creyendo que era una simple gallina de corral.
Cuento “El águila real”, de Anthony de Mello.
Dos preguntas
¿Cuáles creéis que son las dos preguntas que nos sugiere este cuento? Desde mi punto de vista las preguntas son dos que se multiplican:
¿De quién soy?
En otras palabras: ¿Soy hija de Dios? ¿Soy de Dios? ¿Es Él mi fuente de seguridad, autoestima y sabiduría? ¿Elijo a Dios como fuente de adoración o adoro algo o a alguien que no es Dios? ¿Deposito mi confianza en Dios o pongo mi seguridad y mi autoestima en mis capacidades, mi posición, mi desempeño o mis posesiones? ¿Para quién vivo? ¿De quién es la alabanza que busco? ¿De los demás o de Dios?
¿Quién estoy llamada o llamado a ser?
En otras palabras: ¿Cuál es el sentido de mi vida, mi para qué? ¿Está mi vida alineada con quien quiero ser o quien estoy llamada a ser?
“Vosotros sois la luz del mundo” (Mateo 5, 14-16)
Este es el mensaje que me viene a la mente, recordando un poco la recién finalizada JMJ. Más allá de nuestras circunstancias y limitaciones, que muchas veces son un medio y no un obstáculo, los cristianos estamos llamados a encarnar los valores del Evangelio y a ser instrumentos de Su ternura, de Su cercanía, de Su compasión, de Su perdón, de Su paz… de Su amor en definitiva. Y podemos hacerlo si vivimos en radical dependencia de Su gracia.
Gracias
Quiero aprovechar este artículo para daros las gracias en nombre de Familia Humanitate. Sí, lo hemos comentado muchas veces entre nosotros, y queremos agradecer vuestro testimonio de vida, a todas las comunidades de vida consagrada con las que nos vamos encontrando en el camino. Con frecuencia nos habéis abierto la puerta de vuestras casas y hemos sido testigos de vuestra lucha por permanecer unidas a Cristo, en medio de la riqueza y fragilidad humana, de tanto encuentro y también desencuentro. Ver cómo os cuidáis, procuráis comprenderos y os queréis es un regalo que nos enriquece y nos inspira.
María Eugenia Aguado
Directora del Instituto Humanitate
19 comentarios
Muchas gracias. Hay materia para agradecer y reflexionar.
Muchas gracias. Me ha encantado el comentario.
Un abrazo.
Gracias, muy bueno. El enriquecimiento es reciproco. Abrazo grande
Gracias, María Eugenia por lo que hoy nos ofreces. Que cada día demos gracias del don recibido: «Somos hijos de Dios», y que nuestro testimonio lo avale. Qué Dios te bendiga.
Gracias María Eugenia , siempre tienes la palabra oportuna y edificante. Agradecemos tus reflexiones y enseñanzas
Precioso!!!.
muchas gracias
Un cuento muy adecuado para trabajar la personalidad de cada persona.
Quería añadir que Instituto Humanitate. Me gusta mucho, mucho todo lo que hace y presenta.
Gràcias por todo
Gostei do texto.
Buenos días. Mientras están operando a una hna. De Cataratas, he leído el artículo y la reflexión, muy importante y mas portante es caer en la cuenta cada día al despertar que somos Hijas/os de Dios para agradecer y acabarlo. Un abrazo. Felicidades.
GRACIAS. UN ABRAZO Y MI ORACION POR VUESTRA GRAN LABOR
He leído varios libros de Toni de Mello y la verdad, no te dejan indiferente…
Gracias por este servicio que nos enriquece.
Gracias al Instituto Humanitate por todo lo que nos propone. Todo es bueno y de mucha ayuda. GRACIAS.
Gracias, el cuento le sabía pero la aplicación me parece fantástica.
Gracias Mª Eugenia a ti, por estar cerca, por tu interés. Por todo lo que nos ayudas en la formación.
un fuerte abrazo
Gracias Ma. Eugenia, este cuento es siempre inspirador, y motivador, para compartir la propia experiencia de lo que somos… ¡hijos e hijas de Dios! y ¡Cuantas personas no lo saben! Gracias de nuevo.
Muchas gracias. me parece muy importante trabajarlo en la comunidad y tomar conciencia de quién somos para no acomodarnos y tener realmente una vida significativa descubriendo el plan de Dios sobre cada una.
Gracias Mª Eugenia por tu ser y hacer.
Es verdad, que en muchas ocasiones ignoramos la gran riqueza que somos y tenemos. Ser Hijas de Dios, por su gran misericordia. Que sepamos descubrir en el día día lo gran riqueza que llevamos.
Hemos leído la carta tan hermosa que nos habéis enviado. Gracias.
Gracias. Una buena reflexión para sintiendonos todos hijos de Dios, no esconder las alas, cualidades, dones por una falsa humildad o por no seguir buscando nuestro lugar