Con Independencia de la edad y/o de ciertos deterioros cognitivos y neuronales, ¿no os pasa que os cuesta recordar incluso los aprendizajes más recientes?, ¿soléis realizar las tareas rutinarias en modo “piloto automático” sin apenas prestar atención?, ¿no os quedáis muchas veces en la superficie de las cosas, del trabajo o de las relaciones?, ¿os distraéis con frecuencia con cosas que no son ni importantes ni urgentes?…
En el artículo de la semana pasada hablábamos de la importancia de aprender a vivir el momento presente, ser conscientes de cada momento, centrarnos en él y sacarle el mayor partido posible, pero ¿cómo hacer para poner foco en lo que hacemos?
Hay un cuento muy ilustrativo sobre esto que se titula “Lo único que hago es barrer” *, se refiere precisamente al arte de aprovechar el presente, aunque éste se reduzca a barrer.
Es posible que lo conozcáis, trata de un campesino inculto pero con mucha fe, que se acerca a un monasterio para alcanzar la paz y un mayor crecimiento personal. Al presuponer los monjes que era incapaz de grandes aprendizajes, le proponen barrer a cambio de alojamiento y manutención y tras unos meses observaron que el campesino había adquirido verdadero sosiego y equilibrio. Cuando le preguntaron por el método que había seguido para lograr una evolución espiritual tan rápida y sorprendente contestó: “Hermanos, lo único que hago con mucha atención, lucidez y amor es el trabajo que me encargasteis, barrer el monasterio. Pongo toda mi vigilancia y precisión en ello y, al barrer la basura, pienso que estoy barriendo de mí todos los rencores, engaños, codicia y odio. Y cada día soy más y más feliz”
En estos tiempos que corren el exceso de información, la multitarea, la cantidad de deseos/”necesidades” que nos creamos, la huida de todo lo que implica esfuerzo y las interrupciones frecuentes a las que nos vemos expuestos, hacen que nos resulte muy difícil elegir a qué prestar atención y a qué no, cómo priorizar y en definitiva cómo tener el control sobre la propia atención.
Como comenta Luis Blazquez en su libro “Enfocar la atención –el trampolín para el crecimiento personal”, lo que llamamos nuestra vida es la suma de todas las experiencias (pensamientos, sentimientos, deseos o recuerdos, logros o conversaciones,…) que se han filtrado a través de la atención a lo largo del tiempo; por ello, en función de a qué prestamos atención y cómo la prestamos podemos aspirar a un mayor contenido y calidad de vida.
Una adecuada gestión del tiempo supone una gran ayuda para abordar una cosa tras otra y priorizar, pero no es suficiente. Para ser consciente de cada momento y concentrarse en lo que se está haciendo es preciso trabajar o vivir en modo “flujo”, como lo hacía el campesino inculto, ello nos permitirá disfrutar de la tarea que estamos realizando de una forma plena y, al mismo tiempo ser capaces de llevarla a cabo con una mayor perfección y hondura.
¿Y cuándo fluimos? Fundamentalmente cuando hemos conquistado el control de la atención y ello depende sobre todo de tres variables:
● La intención y la motivación, es decir, sabemos el por qué y el para qué; hay una finalidad clara en lo que hacemos que responde a nuestros intereses y/o ideales y nos hace fijarnos en lo que nos puede ayudar a conseguirlos.
● La mentalidad de crecimiento, es decir, se va haciendo camino con la idea de superarse, de afrontar retos y aprender de los errores. Si no tengo miedo de fallar y me ocupo de superar los obstáculos, si confío en mis capacidades y las pongo en juego, entonces podré atender atentamente lo que estoy haciendo.
● El planteamiento de objetivos consistentes, claros y realizables, que nos ayuden a llevar una vida coherente y ordenada, controlar las emociones, tener orden interior, mejorar las relaciones sociales, aumentar nuestra autoestima y en definitiva, alcanzar la excelencia.
Y yo, ¿cómo elijo vivir el momento presente?, ¿vivo en modo flujo o en piloto automático?
Nota a pie de pág.* “Aplícate el cuento”, de Jaume Soler y Mercè Conangla, Ed. Amat, ´pág.102
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2 comentarios
Todo lo que nos ayude a ser más consciente en lo que nos acontece, ayudará a vivir de manera más unificada y serena nuestra misión. Muchas gracias por los documentos y reflexiones que nso comparten, ojalá podamos tener por videoconferencia algunas ponencias impoprtantes, que tendrá impacto en tantas personas, gracias por su servicio, por su misión y por su labor. Ma Angeles López
Acabo de entrar en el blog y me parece puede ser interesante y ayudador